Arequita-16/10/09
Hoy quiero compartir una historia, una anécdota que como tantas otras fui acumulando en la militancia con el Partido Nacional:
Corría el año 1984, Wilson estaba preso y estábamos en plena campaña para las elecciones de noviembre de aquel año. Nosotros, en Por la Patria ya habíamos logrado formar la Secretaría de Asuntos Sociales del Partido Nacional (SAS), de acuerdo a las directivas de Wilson. Entre tanto Juan Raúl lideraba un sector pujante y muy activo en militancia: la Corriente Popular Nacionalista. La presencia de la CPN llenaba de banderas todas las manifestaciones, que en aquella época tenían que ver con los derechos humanos y la libertad sin restricciones.
En esa campaña se instrumentó por todos los wilsonistas la gira del triunfo, la caravana del triunfo; y sucedió que el Dr. Lacalle quiso participar, y llegado el día se subió a uno de los ómnibus. Cuando se enteró Juan Raúl inmediatamente reaccionó y lo hizo bajar, porque era un acto wilsonista, de la lista W, que fue la lista que agrupó a todos los sectores que compartíamos los principios que nos hacían wilsonistas, y los cuales Lacalle no compartía.
En medio de una campaña en que el objetivo era juntar votos para ganar el gobierno, desde Por la Patria yo catalogué lo que había sucedido como una reacción poco estratégica de Juan Raúl, y la prensa y nuestro rival de entonces, EL Partido Colorado, se ocuparon de darle la difusión que comprometía la Unidad de nuestro Partido Nacional, y con ello el triunfo del wilsonismo.
Al poco tiempo de eso, un grupo de Por la Patria nos reunimos en el Local de la SAS para distribuirnos las zonas para repartir listas, allí se planteó si llevábamos solo la "W" o si también repartíamos la Lista de Lacalle.
Yo argumenté sobre lo que finalmente hicimos, que debíamos repartir ambas listas, para demostrar unidad y con ello para borrar en la gente el efecto que había ocasionado la reacción de Juan Raúl; pero la totalidad de nosotros compartía la reacción de Juan Raúl, porque Lacalle no era wilsonista, y porque Lacalle en la interna hacía campaña contra Wilson, manifestando a sus seguidores que debían mantenerse aliados del wilsonismo simplemente porque otra actitud, en ese momento, era un "suicidio político"; Lacalle manifestaba que de esa manera, sin enfrentarse con Wilson, él iba a heredar el Partido Nacional.
El tiempo transcurrió y Lacalle, fiel a su estrategia, se mantuvo sin enfrentamientos con nosotros, pero mostrando las diferencias que lo acercaban a los sectores más derechistas del Partido Colorado. Y el tiempo siguió transcurriendo como también la estrategia de Lacalle, esperando su momento; y sucedieron entonces dos eventos que le redituaron muy positivamente en su estrategia, logrando las ventajas que le permitieron heredar el Partido Nacional, antes de que él mismo lo imaginara. El Primero de esos eventos fue el sacrificio que Wilson hizo frente a una Ley de Caducidad, que hizo cimbrar hasta los cimientos a Por la Patria, tanto que en la Secretaría de Asuntos Sociales habíamos quienes no podíamos creerlo ni aceptarlo; el segundo de los eventos fue a causa del Cáncer que afectó y mató a Wilson, cuando todavía no había podido reacomodar los efectos de todo aquel cimbronazo.
Entonces, en ese estado del alma que nos dejaron esos eventos, fuimos igualados todos los Blancos, quienes moríamos junto a Wilson y quienes renacían heredándolo. Lacalle tuvo el fruto de su estrategia y se adueñó del Partido Nacional, y para asegurarse de que Por la Patria no fuera a resucitar se ocupó de destrozarnos también durante su gobierno, desarticulando la SAS entre otras cosas; y al hacerlo con nosotros lo hizo también con Wilson, con la memoria a la que ahora recurre para recuperar lo que antes destruyó.
Mientras escribo esto me salen lagrimones, porque si bien no me alimenta la venganza, tengo memoria, tengo las vivencias de un Lacalle que sin ninguna piedad aprovechó las circunstancias para, con sus estrategias destructivas de lo que no le convenía en ese momento, destruir lo que Wilson había construido con tanto esfuerzo, destruir sin miramientos el cerno blanco que Wilson había cultivado. Y una vez en el Poder, también lo utilizó para liquidar los restos y cenizas que pudieran reanimar las llamas que antes había apagado.
Lacalle nos borró el Rostro a los wilsonistas, él nos lo conocía perfectamente, de la misma manera que ahora nos dice que le gusta concerle el rostro a los problemas, pero lo que no dice es para qué, seguramente para destruirlos sin solucionarlos, como lo hizo con nosotros.
Y Lacalle siempre supo como manejar el Poder para generar tácticamente las ventajas competitivas que le beneficiaran en sus proyectos inmediatos, y ante ello la solución de los problemas de la gente pueden esperar hasta el infinito, como ya sucedió cuando el rostro de los problemas en que acupó sus energías eran los nuestros: los Rostros de Por la Patria.
Ahora dice lo que ya sabemos, que su estilo es el de conocerle el rostro a los problemas, vaya si nos conoció el Rostro a quienes eramos sus problemas, y que desde el Wilsonismo pudiéramos competirle el liderazgo y pudiéramos osarnos a bajarlo de un ómnibus que no pertenecía a sus ideales. Destruyó los Rostros que también pudiéramos recordarle que existía una izquierda entre los Blancos.
Por ahora es todo.
Hasta la próxima.
31 de octubre de 2009
Los Opuestos Blancos: Wilson - Lacalle
Publicado por Homero Estrada Taddei
Etiquetas: Juan Rául Ferreira, Lavalleja, Por la Patria, Wilson, wilsonista
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6 comentarios:
Arriba Homero. Un abrazo.
Sabemos lo que Lacalle le hizo a muchos buenos blancos.
Sólo le pido a Dios, que la traición nos les sea indiferente, y que las mentiras de Lacalle, no les haga olvidar el cerno blanco.
Como Juan Raúl en el 84, ahora hay que bajar a Lacalle.
La verdad que como Wilson nunca abra otro .
Asi que el desde el cielo va hacer decidir bien y nadie va avotar a aun traidor
un fuerte abrazo un blanco arrepentido y a vergonzado de su partido Viva Wilson Viva Seregni y aguante El Pepe
No pueden existir Blancos, que hayan militado en el Partido Blanco, que no sepan quien es Lacalle.
Por suerte Yo supe no olvidar las diferencias; supe no engañarme a mi mismo; y en consecuencia supe elegir de nuevo cuando los enemigos de Wilson le robaron el Partido y trampearon su memoria.
Por eso Lacalle será siempre un ex-presidente y gracias, mientras que Wilson será siempre el último gran caudillo del Partido Nacional que trasciende su colectividad al país entero. Viva Wilson!!!!
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