Por Pedro Lamas Baliero (abrir nota original)
(adaptación de Homero Estrada)
El ajedrez uruguayo se puede diferenciar entre antes y después de Walter Estrada. Fue uno de los 9 hermanos Estrada Degrandi, de los cuales también el recordado Médico minuano(Fortunato) se dedicó al juego ciencia. Y del galeno Walter dijo: “si se hubiera dedicado al ajedrez como a la medicina hubiera sido mucho mejor que yo”.

Sus 6 hermanas fueron principalmente aficionadas al ciclismo (el ajedrez femenino por entonces no existía) y el otro varón, Ruben, al igual que la hermana Helda, fue un comunista apasionado de la política, lo que en "la Minas del Goyo Alvarez" le costó una dura represión, a él y su familia. Walter perteneció a una larga generación de ajedrecistas, no muy técnica, pero si romántica, se codeó con jugadores de la talla de Alfredo y Juan Fco. Olivera (que no tenían ningún parentesco entre si), Lorenzo Bauzá, Luis Roux, Pedro Santos Isaín, Hounie Fleurquin entre otros. Allí brilló por su notable inventiva y supo salir varias veces Campeón Uruguayo.Pero lo bueno de él fue que nunca se estancó y con la llegada del hoy M.I. Daniel Rivera, él le enseñó los secretos que bien conocía y el joven valor aperturas, así que siguió ganando el principal torneo del país hasta nueve veces.
Perteneció en un principio al Club Nacional de Fútbol, acompañando al inefable dirigente el Dr. Martín Irizarri. Esa Institución fue poderosa en este juego por mucho tiempo, adjudicándose torneos por equipos y realizando incluso eventos internacionales.De espíritu inquieto un día fundó “su” Club: “Los Trebejos de Walter Estrada”, reuniendo a su enorme cantidad de amigos (unos del Café “Antequera – que se encontraba frente a la Casa de Gobierno) y otros que estaban desperdigados sin tener un lugar fijo a donde ir a jugar.“Los Trebejos” fue base del ajedrez y también del dominó, juego que también amó y supo jugarlo muy bien (al igual que Alfredo Olivera, el “Tito” Trabazo, López García”, etc.
Su club hizo historia también y no solo obtuvo éxitos institucionales, sino que impulsó grandes jugadores que hoy perduran.Su bonhomía y buen humor fue un signo en su personalidad, amigo de las bromas, muchas de ellas fueron históricas. Como cuando concurrió a la Intendencia Municipal a pagar la Contribución Inmobiliaria vestido con un auténtico vestido de árabe que había traído de su viaje a Emiratos.
O siendo un soltero empedernido, mandó invitaciones de su supuesto casamiento, al punto que se le enviaron regalos, que después tuvo que devolver ya que todo se trataba de una broma.Su actuación internacional no fue abundante, mucho porque las circunstancias “de poder ir”,no se le dieron por ese entonces, su 5° puesto en Moscú en 1965 fue lo mejor de su carrera.Hoy a Estrada se le recuerda : primero como la muy buena persona que fue, después como talentoso ajedrecista.-