Por Gustavo Iguini - Dirigente Sindical
El 29 de diciembre del año pasado el Gobierno lanzó el PLAN CARDALES, cuyo objetivo es el acceso de un amplio número de hogares a los servicios con-vergentes de telecomunicaciones, denominado comúnmente triple play, que conjuga telefonía, Internet y televisión para abonados.
Este Plan apunta a democratizar el acceso a las nuevas tecnologías, disminuyendo la brecha digital y promoviendo la inclusión social. En síntesis, una verdadera apuesta a que la sociedad en su conjunto alcance mayores niveles de equidad en relación a los beneficios que brindan las TIC's (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
El decreto de Presidencia de la República 86/009 del 17 de febrero de 2009 aprueba el documento de trabajo de la comisión integrada para esos fines. Entre sus lineamientos generales se destaca: “...avanzar…en un marco de inclusión social y promoción de empresas nacionales”, lo cual explicita cuál es el rumbo que el gobierno le quiere imprimir al Plan Cardales.
La decisión de que sea ANTEL en cooperación con los operadores de cable nacionales es una señal clara de hacia donde se apunta, generando espacios de cooperación entre el sector público y el privado.
En sintonía con ello el 9 de Enero, se derogó un decreto de Octubre de 2008 de la URSEC, por el cual se habilitaba a Telmex, empresa propiedad del grupo Slim (CLARO), a operar TV satelital.
La reacción de la derecha no se hizo esperar, principalmente desde las páginas de El País, apariciones públicas de integrantes de la Cámara de Telecomunicaciones del Uruguay (CTU) pasando por los delirios semanales de Maggi, las críticas arreciaron nuevamente cuestionando el monopolio de ANTEL.
Tal parece que la memoria de algunos actores presenta “lagunas” donde se ahogan deliberadamente las experiencias privatizadoras en toda América Latina en la década de los 90’, inspirados por la frase del ex -Presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari “Hay que vender los bienes para remediar los males”.
El efecto de esa política ya es harto conocido en la región, sobre todo por sus efectos contrarios, se regalaron los bienes a las multinacionales y se agudizaron los males.
En Uruguay en el año 1992 el pueblo en plebiscito dijo NO a la entrega de ANTEL y esa espina quedó atravesada en la garganta y en el corazón de muchos que aún continúan con la misma prédica.
Hoy ANTEL es una isla en el mapa regional de las empresas de telecomunicaciones, empresa del Estado que opera en todas las líneas del negocio en competencia, generando ganancias que quedan en el País, a diferencia de los 2 grandes operadores de telefonía celular, que operan muchas veces por debajo de sus costos, y cuyas ganancias van a sus casas matrices en España y México.
El aporte de ANTEL ha sido fundamental para comenzar a conjugar País productivo y justicia social, este gobierno demostró que las Empresas Públicas no son, como en épocas no tan lejanas, caja para el gobierno central para cubrir déficit, sino motor de desarrollo del País, y sostén de la aplicación de las Políticas Sociales llevadas adelante. Falta mucho por realizar en esa dirección aún, pero hay que seguir apostando a transformar en sentido democrático las Empresas propiedad del Estado.
Se reclama por parte de quienes operan para Telefónica y Claro liberalizar las diferentes formas de acceso al triple play, se invoca por supuesto que “el mercado en libre competencia” es quien debe de marcar el rumbo. No contentos con ello se desliza como al pasar obligaciones del País por el tratado de libre comercio con México. El mercado de las Telecomunicaciones sigue siendo apetecible para las transnacionales, y si ello implica matar a la Empresa estatal, mejor aún.
Esta batalla que por ahora es mediática, seguramente se va a agudizar a medida que avance Cardales, debemos estar preparados, debemos respaldar el trabajo de la Comisión, planteando, de ser posible, la participación de los trabajadores.
Los representantes locales de Slim nos aconsejan que hacer en Uruguay, cuando su jefe en México hace todo lo contrario. La caída del Ministro de Comunicaciones mexicano este mes, reveló cómo se maneja Slim en su País, donde el esquema de regulación está hecho a la medida para favorecer a las empresas de su grupo, y las empresas que tienen que interconectarse a la red del magnate deben pagar tarifas abusivas.
Los candidatos de la derecha también se posicionan ratificando su opinión al respecto, el 16 de marzo el Dr. Lacalle en el lanzamiento de su programa nuevamente insiste con el camino que propuso e intentó aplicar entre 1990 y 1995.
¿Otra vez nos quieren vender espejitos de colores?
Hablan de grandes inversiones, cuando en México las inversiones en el sector de las telecomunicaciones han venido cayendo año a año y los avances en la industria de las telecomunicaciones en los últimos 3 años fueron casi nulos. En Uruguay no tienen que hacer ninguna inversión, mas allá de la publicitaria, seguramente copiada de la filial Argentina y comercializar sus productos. Luego será solamente un problema de tiempo, poner tarifas subsidiadas tan bajas como las que anuncia el gerente de Telmex Uruguay, o más bajas aún, tanto como para matar a las cableras fundamentalmente del interior. Empresas que invirtieron en equipos y cableado (y que con el Plan Cardales van a tener que invertir nuevamente), van a desaparecer en nombre del “libre mercado”.
No es que sean de mi agrado los oligopolios que en algunas zonas de Montevideo y la costa detentan estas empresas, y mucho menos la forma en que les fueron adjudicaron los permisos, haciendo uso y abuso por parte de los gobiernos blancos y colorados. Pero cambiar oligopolios nacionales en algunas zonas, por un oligopolio transnacional en todo el País, ya sería demasiado!!
Hoy el Plan Cardales se presenta con toda su complejidad como una oportunidad que entendemos que desde la sociedad civil y, principalmente desde el movimiento sindical, debemos apoyar con fuerza.
En momentos en que la crisis golpea en el mundo, este plan plantea apostar fuerte a la inversión en Uruguay, tanto del Estado como de los privados en lo relativo al tendido de redes, equipos, etc., generando empleo en áreas tan diversas que van desde la construcción hasta la industria del software.
Un Proyecto en el que debemos incidir para darle contenido, democratizar en el sentido amplio las telecomunicaciones y empoderar a los uruguayos de ciudadanía. Debemos incidir en la discusión de una política de Estado en materia de telecomunicaciones, Cardales es sin duda un avance, y el trabajador no puede quedarse mirando desde la vereda de en frente como se procesan estos cambios, que afectan directamente la calidad de vida de su familia, sino que debe ser protagonista y promotor de los mismos.
Habrá que ponerle trabajo, cabeza, compromiso. Aterrizar las propuestas y las ideas que se están manejando, definir mejor una enormidad de cosas, pero el camino está trazado, de nosotros dependerá la dirección que el mismo tenga.
No faltarán voces que se levanten en contra de este proyecto esgrimiendo el argumento (ya utilizado en el caso del Plan Ceibal) de que se deberían priorizar otras necesidades. Pues señores, sepan que hoy el acceso a las nuevas tecnologías de información y comunicación es también una necesidad básica para cualquier sociedad que aspira alcanzar niveles mínimos de desarrollo.
En este gobierno se ha demostrado que no son incompatibles el desarrollo y la equidad. El camino es largo y recién estamos comenzando, de nosotros depende que se profundicen los cambios o que retrocedamos y la brecha digital se aumente aún más. Generemos reflexión acerca de las nuevas posibilidades que se abren a la comunidad.
El Plan Ceibal se impulsó desde el Gobierno ante la indiferencia, y en algunos casos la oposición de algunos actores del movimiento sindical. La experiencia ha demostrado que sus principales objetivos, orientados a la democratización del conocimiento y la mejora educativa, en sus primeros impactos, están siendo valorados muy positivamente, tanto por alumnos como por sus docentes. No podemos repetir los mismos errores ante esta propuesta continuadora natural de Ceibal, no podemos mirar para el costado cuando lo que está en juego es una gran apuesta del Uruguay a la equidad, a través de la inclusión de decenas de miles de compatriotas. Es una oportunidad, ni más ni menos.
El 29 de diciembre del año pasado el Gobierno lanzó el PLAN CARDALES, cuyo objetivo es el acceso de un amplio número de hogares a los servicios con-vergentes de telecomunicaciones, denominado comúnmente triple play, que conjuga telefonía, Internet y televisión para abonados.
Este Plan apunta a democratizar el acceso a las nuevas tecnologías, disminuyendo la brecha digital y promoviendo la inclusión social. En síntesis, una verdadera apuesta a que la sociedad en su conjunto alcance mayores niveles de equidad en relación a los beneficios que brindan las TIC's (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
El decreto de Presidencia de la República 86/009 del 17 de febrero de 2009 aprueba el documento de trabajo de la comisión integrada para esos fines. Entre sus lineamientos generales se destaca: “...avanzar…en un marco de inclusión social y promoción de empresas nacionales”, lo cual explicita cuál es el rumbo que el gobierno le quiere imprimir al Plan Cardales.
La decisión de que sea ANTEL en cooperación con los operadores de cable nacionales es una señal clara de hacia donde se apunta, generando espacios de cooperación entre el sector público y el privado.
En sintonía con ello el 9 de Enero, se derogó un decreto de Octubre de 2008 de la URSEC, por el cual se habilitaba a Telmex, empresa propiedad del grupo Slim (CLARO), a operar TV satelital.
La reacción de la derecha no se hizo esperar, principalmente desde las páginas de El País, apariciones públicas de integrantes de la Cámara de Telecomunicaciones del Uruguay (CTU) pasando por los delirios semanales de Maggi, las críticas arreciaron nuevamente cuestionando el monopolio de ANTEL.
Tal parece que la memoria de algunos actores presenta “lagunas” donde se ahogan deliberadamente las experiencias privatizadoras en toda América Latina en la década de los 90’, inspirados por la frase del ex -Presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari “Hay que vender los bienes para remediar los males”.
El efecto de esa política ya es harto conocido en la región, sobre todo por sus efectos contrarios, se regalaron los bienes a las multinacionales y se agudizaron los males.
En Uruguay en el año 1992 el pueblo en plebiscito dijo NO a la entrega de ANTEL y esa espina quedó atravesada en la garganta y en el corazón de muchos que aún continúan con la misma prédica.
Hoy ANTEL es una isla en el mapa regional de las empresas de telecomunicaciones, empresa del Estado que opera en todas las líneas del negocio en competencia, generando ganancias que quedan en el País, a diferencia de los 2 grandes operadores de telefonía celular, que operan muchas veces por debajo de sus costos, y cuyas ganancias van a sus casas matrices en España y México.
El aporte de ANTEL ha sido fundamental para comenzar a conjugar País productivo y justicia social, este gobierno demostró que las Empresas Públicas no son, como en épocas no tan lejanas, caja para el gobierno central para cubrir déficit, sino motor de desarrollo del País, y sostén de la aplicación de las Políticas Sociales llevadas adelante. Falta mucho por realizar en esa dirección aún, pero hay que seguir apostando a transformar en sentido democrático las Empresas propiedad del Estado.
Se reclama por parte de quienes operan para Telefónica y Claro liberalizar las diferentes formas de acceso al triple play, se invoca por supuesto que “el mercado en libre competencia” es quien debe de marcar el rumbo. No contentos con ello se desliza como al pasar obligaciones del País por el tratado de libre comercio con México. El mercado de las Telecomunicaciones sigue siendo apetecible para las transnacionales, y si ello implica matar a la Empresa estatal, mejor aún.
Esta batalla que por ahora es mediática, seguramente se va a agudizar a medida que avance Cardales, debemos estar preparados, debemos respaldar el trabajo de la Comisión, planteando, de ser posible, la participación de los trabajadores.
Los representantes locales de Slim nos aconsejan que hacer en Uruguay, cuando su jefe en México hace todo lo contrario. La caída del Ministro de Comunicaciones mexicano este mes, reveló cómo se maneja Slim en su País, donde el esquema de regulación está hecho a la medida para favorecer a las empresas de su grupo, y las empresas que tienen que interconectarse a la red del magnate deben pagar tarifas abusivas.
Los candidatos de la derecha también se posicionan ratificando su opinión al respecto, el 16 de marzo el Dr. Lacalle en el lanzamiento de su programa nuevamente insiste con el camino que propuso e intentó aplicar entre 1990 y 1995.
¿Otra vez nos quieren vender espejitos de colores?
Hablan de grandes inversiones, cuando en México las inversiones en el sector de las telecomunicaciones han venido cayendo año a año y los avances en la industria de las telecomunicaciones en los últimos 3 años fueron casi nulos. En Uruguay no tienen que hacer ninguna inversión, mas allá de la publicitaria, seguramente copiada de la filial Argentina y comercializar sus productos. Luego será solamente un problema de tiempo, poner tarifas subsidiadas tan bajas como las que anuncia el gerente de Telmex Uruguay, o más bajas aún, tanto como para matar a las cableras fundamentalmente del interior. Empresas que invirtieron en equipos y cableado (y que con el Plan Cardales van a tener que invertir nuevamente), van a desaparecer en nombre del “libre mercado”.
No es que sean de mi agrado los oligopolios que en algunas zonas de Montevideo y la costa detentan estas empresas, y mucho menos la forma en que les fueron adjudicaron los permisos, haciendo uso y abuso por parte de los gobiernos blancos y colorados. Pero cambiar oligopolios nacionales en algunas zonas, por un oligopolio transnacional en todo el País, ya sería demasiado!!
Hoy el Plan Cardales se presenta con toda su complejidad como una oportunidad que entendemos que desde la sociedad civil y, principalmente desde el movimiento sindical, debemos apoyar con fuerza.
En momentos en que la crisis golpea en el mundo, este plan plantea apostar fuerte a la inversión en Uruguay, tanto del Estado como de los privados en lo relativo al tendido de redes, equipos, etc., generando empleo en áreas tan diversas que van desde la construcción hasta la industria del software.
Un Proyecto en el que debemos incidir para darle contenido, democratizar en el sentido amplio las telecomunicaciones y empoderar a los uruguayos de ciudadanía. Debemos incidir en la discusión de una política de Estado en materia de telecomunicaciones, Cardales es sin duda un avance, y el trabajador no puede quedarse mirando desde la vereda de en frente como se procesan estos cambios, que afectan directamente la calidad de vida de su familia, sino que debe ser protagonista y promotor de los mismos.
Habrá que ponerle trabajo, cabeza, compromiso. Aterrizar las propuestas y las ideas que se están manejando, definir mejor una enormidad de cosas, pero el camino está trazado, de nosotros dependerá la dirección que el mismo tenga.
No faltarán voces que se levanten en contra de este proyecto esgrimiendo el argumento (ya utilizado en el caso del Plan Ceibal) de que se deberían priorizar otras necesidades. Pues señores, sepan que hoy el acceso a las nuevas tecnologías de información y comunicación es también una necesidad básica para cualquier sociedad que aspira alcanzar niveles mínimos de desarrollo.
En este gobierno se ha demostrado que no son incompatibles el desarrollo y la equidad. El camino es largo y recién estamos comenzando, de nosotros depende que se profundicen los cambios o que retrocedamos y la brecha digital se aumente aún más. Generemos reflexión acerca de las nuevas posibilidades que se abren a la comunidad.
El Plan Ceibal se impulsó desde el Gobierno ante la indiferencia, y en algunos casos la oposición de algunos actores del movimiento sindical. La experiencia ha demostrado que sus principales objetivos, orientados a la democratización del conocimiento y la mejora educativa, en sus primeros impactos, están siendo valorados muy positivamente, tanto por alumnos como por sus docentes. No podemos repetir los mismos errores ante esta propuesta continuadora natural de Ceibal, no podemos mirar para el costado cuando lo que está en juego es una gran apuesta del Uruguay a la equidad, a través de la inclusión de decenas de miles de compatriotas. Es una oportunidad, ni más ni menos.
2 comentarios:
Querido Gustavo (Chinga); qué alegría contar con tus aportes, siempre fecundos y certeros. Un abrazo y a preparase para las elecciones de SUTEL.
Che nadie se dio cuenta que Slim se está comprando todo el uruguay de a poco o de a mucho? yo soy de la derecha pero no soy ciego, como dijo michael moore, si seguimos asi los dueños del mundo van a ser 3 o cuatra multinacionales, ojo Slim segun mi conteo tiene, PARMALAT, CLARO, RICARD, PLUCKY, LA SALTEÑA, BIMBO, y los medios de comunicación
ahora la pregunta es hasta cuanto vamos a dejar comprar todo?
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