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16 de octubre de 2007

A los compañeros minuanos

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Queridos compañeras/os:

Después de mucho tiempo de pensar en el terruño de Lavalleja y en Minas con entrañable nostalgia, los deseos de compartir recuerdos, y desde ellos las esperanzas, me movieron a buscar en estos orígenes la forma de trabajar por el destino que nos merecemos todos nosotros.
No me cabe la menor duda de que ello será posible con la permanencia, por muchos años, de una administración progresista, con centro en la gente y hacia la gente, dentro de cada metro cuadrado o cúbico administrado.

Si bien el cambio evolutivo es lento, debe ser progresivo, sin atascos ni desvíos, porque ni lo uno ni lo otro pueden justificarse por cuestiones coyunturales. Es el derecho y deber de todos nosotros velar y estar alertas para que las cosas funcionen en ese sentido, no podemos darnos el lujo de bajarnos del tren ante aparentes tropiezos, aprovechados y agrandados en su dimensión por quienes intentan retomar el timón por caminos arto conocidos de fracasos y desesperanzas.
Los aliados de los que pretenden retomar aquellas prácticas es la desmotivación de quienes antes creyeron en lo que estamos, y ven sus esperanzas menoscabadas por malos ejemplos y/o apreciaciones parciales del avance.

Minas tiene mucho por lo que tenemos que velar. El Parque de Vacaciones, la Planta de Ancap, el Salus y muchos otros emprendimientos son ejemplos de lo que tenemos que cuidar, mantener y mejorar.
En cada uno de esos paradigmas minuanos hubo conjunción de intereses de los administradores, pero no obstante, la fuerza laboral involucrada y comprometida permitió la permanencia de esos fenómenos hasta nuestros tiempos. Hoy más que nunca debemos continuar con muestro empeño en esos patrimonios minuanos.

No s merecemos participar y ser preguntados antes de cualquier iniciativa, por más profesionales y bien intencionados que sean quienes las emprendan, porque la mejor solución y más aún, las únicas soluciones viables son las aceptadas por quienes son los verdaderos actores.
Si bien no siempre es posible que todos los actores aceptemos todo, la gestión de los mecanismos para buscar los consensos y mayorías es nuestra responsabilidad y derecho en cada lugar que nos competa. Aquí nos conocemos y podemos obtener las referencias necesarias, pero por sobre todo, aquí forjamos nuestro futuro, crecemos, crecen nuestros hijos, tenemos nuestros muertos, tenemos nuestro pasado que nos condiciona y da sentido a nuestras vidas.

1 comentario:

Roberto Ramil dijo...

Homero:
Me alegra haber sido partícipe de que tomaras la decisión de volcar tu trabajo en Lavalleja. Creo que contigo y con todos los que han hecho historia para que crecieramos en ese terruño forjaremos la Unidad a que te refieres con tanta precisión.
Una abrazo y mucha suerte:

Tu amigo Ramil.

 
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